En una aldea remota donde dos hermanos encuentran a un hombre infectado por un demonio que está a punto de dar a luz al mal mismo. En un momento en que el exorcismo parece ser de poca utilidad para protegerse del mal, después de advertir a los vecinos de la ciudad, deciden deshacerse del hombre, pero simplemente logran ayudarlo a librar el infierno.
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Parece que cuando esta película argentina parece que esté hecha para el Sitges Film Festival, porque cumple con un sinfín de truculencias que solo este tipo de espectador sabe apreciar: muertes absolutamente violentas, sangre a cubos, terror y hechos paranormales, adornado por niños malignos y demonios de otro mundo… qué más se puede pedir.
Aunque resulten desconocidos para mi, los actores interpretan el horror de una forma más que convincente, atrayendo al espectador a la espiral de horrores que el director les hará pasar.
Con tintes de clásicos como The Texas Chain Saw Massacre, con esas persecuciones para escapar de un implacable y sanguinario asesino.
Es un film oscuro, con muchas escenas con el sol escondido ya, alimentando así la sensación perturbadora de miedo y angustia.
No hay filtros, esa es la definición perfecta para la cinta del director Demian Rugna, escenas explícitas, escenas que las ves venir, crees que es imposible que pase y ahí te la comes enterita, bien embadurnado de sangre y vísceras.
Me gusta porque crea un filme para nada comercial, con planos suaves y que sea fácil su distribución. Al contrario. Realiza una película que si triunfa es por su crudeza y su explicitud.
La película es fácilmente divisible en dos partes: la primera en la que la legua de violencia, sangre y posesiones se desentraña sin límites, y la segunda, donde da un respiro a espectadores y protagonistas con una trama más de investigaciones que de escapar del mal.
Que para mí, es ahí donde se me desinfla y le cuesta remontar a un final acorde al nivel de la cinta.
Pero, sin duda alguna, es una cinta que no va a dejar a ningún espectador indiferente, va a levantar a más de un estómago y sobre todo, es una película para disfrutarla y sufrirla a partes iguales: