Akira Ninomiya es un abogado cruel y despiadado que no duda en eliminar a cualquiera que se interponga en su camino, literalmente. Tras ser brutalmente atacado por un asaltante enmascarado, Ninomiya se obsesiona por encontrar al agresor y vengarse, mientras ocurren una serie de horribles asesinatos donde a las víctimas les extraen el cerebro. Mientras la policía investiga intensamente, Ninomiya busca vengarse del agresor. ¿Quién descubrirá la verdad primero?

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Vuelve el Takashi Miike que tanto nos gusta, el prolífico y controvertido director japonés, vuelve a lo grande con «Lumberjack the Monster«, una obra que revitaliza su faceta más violenta y sangrienta. Después de explorar una variedad de géneros y estilos, Miike regresa al tipo de cine que lo hizo famoso: perturbador, visceral y audaz.

La película sorprende por su premisa inusual: un cuento para niños pequeños que se convierte en una aterradora historia de horror. A través de una narrativa que subvierte las expectativas del género infantil, el mítico cuento para asustar a los niños, aka como el hombre del saco,  otorga una impresión indeleble en los adultos, gracias a la tenacidad con la que Miike aborda la violencia y el miedo.

El protagonista de esta historia es interpretado por un actor conocido por ser la cara de un popular grupo de K-pop. Sin embargo, en «Lumberjack the Monster«, demuestra una sorprendente versatilidad al encarnar a un personaje con una naturaleza asesina inquietante. Su transformación de ídolo musical a temible villano es una de las grandes revelaciones de la película, y su actuación añade una capa de profundidad y complejidad a la narrativa.


La cinematografía de la película merece mención especial. Cada escena está cuidadosamente compuesta, utilizando la luz y el color para intensificar la atmósfera opresiva y siniestra que caracteriza a la película. La fotografía no solo sirve como telón de fondo, sino que se convierte en un personaje más, contribuyendo a la sensación de inquietud y peligro constante.

En términos de producción, la película no escatima en recursos. Los efectos especiales son impresionantes y están al servicio de la historia, realzando la brutalidad de las escenas de violencia sin caer en lo gratuito. La dirección artística y el diseño de producción crean un mundo que es tan atractivo como aterrador, manteniendo al espectador al borde de su asiento desde el primer hasta el último minuto.

Es un regreso triunfal a la forma en el que sus fans hemos estado esperando, y una adición notable a su extensa filmografía.