O cómo el asesinato de un niño abre la brecha de la desconfianza en un idílico pueblo.

Broadchurch es un pequeño y tranquilo pueblo costero, donde la gente se muda para disfrutar de sus hijos sin la sombra de la desconfianza y peligros que se vive en las ciudades. Hasta que todo cambia cuando encuentran el cadáver de un niño de 11 años en la playa. Los informes revelarán que no se ha tirado por el acantilado ni ha resbalado, sino que el pequeño ha sido asesinado. Para llevar esta investigación, trasladan al detective Alec Hardy, (David Tennant) familiarizado con este tipo de casos, y trabajará codo a codo con la detective residente en la zona. Pero el daño no sólo está hecho por el asesinato de un inocente, sino que la desconfianza y el dolor empiezan a pasar factura en los habitantes del pueblo, y los secretos empiezan a salir.

Aunque no deja de ser una historia nueva, el asesinato de un niño, donde van apareciendo sórdidos secretos y las cosas no son como parecen ser, sí que es diferente cómo lo narra, cómo ataca a los personajes, cómo trata las vidas de las víctimas, cómo los humaniza, en el día a día, porque precisamente es lo que cuenta, el día a día de todos los personajes centrales y secundarios, con una bellísima fotografía y una banda sonora sorprendente, donde no se utiliza grupos o solistas conocidos y han aprovechado porque quedaba bien o sonaba bien para momentos de la serie. La música es del compositor islandés Ólafur Arnaldo, que creó especialmente esta banda sonora para la serie. La belleza y la simplicidad de esta BS es espectacular, empleada en momentos, tal vez cotidianos o sin importancia para la serie que convierte el fotograma en un momento impresionante.

Me ha parecido increíble, sublime, cómo explica sin juzgar, cómo cuenta sin orden aparente y el hilo al estirarse desenreda todos los secretos tan abominables, sin ser categorizados, sin ser etiquetados, sólo explica, metaforizando al pueblo como la opinión pública, cómo las masas pueden organizarse y actuar sin pensar, juzgando, sin utilizar la lógica, porque el miedo, o tal vez la vergüenza, les impulse a ser así, y no es bonito lo que está estropeado. No se ha de ha de ayudar cuando lo fácil es destruir.

La actuación de David Tennant, para mi, mejora en cada episodio, es como si al principio lo hubieran disfrazado de Dr.House, desprovisto de empatía y falta de tacto ganándose la desconfianza y la irritabilidad de la gente que lo rodea.
Pero a medida que la historia se desarrolla, evolucionando en un personaje lleno de sentimiento, de agonía, enfermo por el ahogo de emociones, nada más acertado que su enfermedad, padeciendo de una dolencia de corazón, en todas las formas que puedes estar sufriendo de este músculo.
Su expresividad o falta de ella en ocasiones, marca el momento de forma sublime, su expresión en su cara lo convierten en la misericordia, en el entendimiento, en el jurado que escucha para entender sin juzgar. Me ha convertido en una gran fan,mo creía que podría gustarme después de verle en su actuación como el malísimo de Jessica Jones.

Es una serie que sin duda empujo a ser vista, por su belleza, por su trama, porque aunque hayan situaciones o personas que no entendamos, están ahí y sería bueno saber verlas para detectarlas a tiempo.

La verdad, es que la segunda temporada no he querido saber aún de qué trata, pero quiero digerir y disfrutar aún de los últimos segundos del final de temporada.