El nuevo largometraje de Ángeles Hernández, Faro, llega a los cines con un cartel y un tráiler que prometen una película de terror fantasmagórico. Sin embargo, la realidad es muy diferente. La película se diluye tanto en su intento de transmitir el dolor de los personajes que casi se convierte en un drama costumbrista.
La película sigue a Pablo (Hugo Silva) y a su joven hija Lidia (Zoe Arnao), regresando al faro familiar tras la muerte de su madre en un accidente en alta mar. Pablo está preocupado por el frágil equilibrio emocional de Lidia y teme que pueda recaer en su intento de suicidio.
Sin embargo, Lidia no tarda en descubrir que algo extraño está sucediendo en el faro. Ocurre algo que amenaza su vida y la de su padre.
El principal problema de Faro es que no sabe lo que quiere ser. La película comienza como una historia de terror, pero pronto se desvía hacia un drama familiar. Esta mezcla de géneros hace que no funciona y hace que la película sea incohesiva. Las muestras de varias escenas que no tienen sentido sino les da continuidad (cuando él encuentra todo de algas en la pared) o cuando de golpe ella está en la cama soñando y tiene el mar encima, cuando el anterior fotograma no indicaba ni de lejos que la niña tenia que ir a dormir…
La película no acaba de centrarse en ninguno de los dos géneros, es decir, los quiere a los dos, pero no acaba de decidir cuál es el que más protagonismo quiere dar. En el caso del terror, los elementos sobrenaturales son demasiado vagos, no generan miedo. En el caso del drama, la historia de los personajes es demasiado convencional y no emociona, incluso repetitiva y obvia.
Las actuaciones de los actores son relativamente buenas. Zoe Arnao está convincente como la joven frágil y atormentada que presencia la muerte de su madre sin poder hacer nada por ella, y Hugo Silva, que también está bien como el padre preocupado y protector y como viudo que aguanta por su hija.
Sergio Castellanos está bien en su papel de psycho killer, pero al final lo convierte en un Ted Bundy sin sentido alguno.
Sin embargo, ni siquiera las actuaciones pueden salvar una película que está tan mal estructurada.
Me sabe fatal decirlo, pero Faro me ha decepcionado. Si el trailer no lo vendiera como un film de terror, tal vez, lo habría encajado de otra manera.
2´5 le tengo que dar: