O cómo la muerte de un mayor puede traspasar nuestra barrera invisible, nuestra alma, y destrozarnos.
La anciana madre de Annie, ha muerto, una mujer dura, de carácter y algo misteriosa. Su familia arrastra un trágico recorrido de suicidios y muertes. Sus hijos intentan hacer una vida normal, hasta que un desgraciado accidente, acaba con la vida de la pequeña. Peter, el hijo mayor no se lo perdona ya que estaba todo en sus manos, y Annie tampoco. Poco a poco empiezan a notar e intuir cosas en sus vidas. Algo horrible está por llegar.
Spoilers Alerts a partir de aquí.
La verdad es que ni me dio miedo ni lo pasé mal, más bien al contrario, con el hipe que se le ha dado, no esperaba a encontrarme algo indie, que no es nada malo, me esperaba una súper producción en la que los efectos especiales fueran determinantes para hacerla tan especial.
Al margen de esto, está muy bien cómo juega al despiste con el espectador en el tema de los espíritus pensando que es la pequeña Charlie la que quiere comunicarse con la familia.
Si se tiene la oportunidad de un segundo visionado sabiendo ya la trama, desde el principio nos ha ido dando señales, desde la confesión de Annie en la terapia de grupo, alegando que su hermano acusaba a su madre de quieter meterle personas dentro, a la declaración de Charlie a su madre diciendo que la abuela prefería que hubiera sido un chico.
Además el extraño símbolo que desde el principio sale, va marcando y siendo visto en diferentes momentos del film.
El final, muy cuestionable, siendo la adoración del culto satánico a uno de los principes de las tinieblas y reencarnado en Peter, que había saltado de la pequeña por ser pequeña de edad y ser chica.
La actuación de los actores me ha parecido muy conseguida, muy gestual, muy bien trabajada, traspasando la pantalla la angustia y el miedo que han de sufrir en sus mentes y almas.
La verdad, me ha decepcionado lo que es la trama al esperarme algo más salvaje o algo que me tuviera en tensión constante.