París, 1935. Madeleine Verdier (Nadia Tereszkiewicz) y Pauline Mauléon (Rebecca Marder) son dos jóvenes amigas que viven en muy precarias condiciones y no consiguen una oportunidad que les permita despegar en sus respectivas carreras. Madeleine, es actriz pero sus audiciones son fracasos y Pauline, es abogada, y se pasa los días persiguiendo a posibles clientes. Y la mala (o no) fortuna de pronto, Verdier es acusada de un crimen… Y ambas concluirán que la mejor decisión es que se confiese culpable.

Ese crimen es mío» («Mon crime», 2023) de François Ozon nos invita a un juego de espejos donde la realidad y la ficción se difuminan en una atmósfera cargada de ironía y humor negro. La película, basada en la obra teatral homónima de 1934, nos presenta a Madeleine Verdier (Nadia Tereszkiewicz), una joven actriz sin éxito que, desesperada por encontrar trabajo, decide confesar un crimen que no ha cometido.

Lo que comienza como una farsa para obtener fama y reconocimiento se convierte en un intrincado juego de mentiras y manipulaciones. La película explora con ingenio los mecanismos del poder y la manipulación mediática, utilizando la sátira para retratar una sociedad ávida de escándalos y sensacionalismo.

El director francés juega con los códigos del cine clásico, utilizando elementos del vodevil y la comedia negra para crear una atmósfera lúdica y a la vez crítica. La estética elegante y colorida de la película, ambientada en la Francia de 1935, crea un contraste con la sordidez de la historia que se narra.

Las actuaciones son otro punto fuerte de la película. Nadia Tereszkiewicz brilla como la ingeniosa y ambiciosa Madeleine, mientras que André Dussollier aporta un toque de humor y sarcasmo como abogada defensora.

La película también explora temas más serios como la misoginia, la lucha por la fama la igualdad. Ozon nos invita a reflexionar sobre la construcción de la verdad y la manera en que los medios de comunicación pueden influir en la percepción pública, cómo se construye la noticia, qué tono le quieren dar y como quieren que parezca.

«Ese crimen es mío» es un film inteligente, con mala leche  y divertido, que invita a reflexionar sobre la sociedad actual. Una sátira mordaz con aroma a naftalina que nos recuerda que la realidad no siempre es lo que parece.

⭐️⭐️⭐️✨