Roma, 1943. Fulvio está cubierto de pelo de la cabeza a los pies; Matilde es tan eléctrica que enciende las bombillas metiéndoselas en la boca; Mario sufre de enanismo; Cencio escupe luciérnagas y cambia la forma de los insectos. E Israel es el dueño y director del circo que los acoge a todos, como una familia sui generis. Pero una explosión les roba su hogar-refugio y los arroja en medio de la Segunda Guerra Mundial, siendo criaturas extraordinarias enfrentadas al horror.
Lo bueno de ir a ver una película sin expectativas alguna y la temática de circo de freaks en plena Segunda Guerra Mundial, con producción italiana… me rechinaban hasta los oídos, dándome una pereza extrema, pero la acabas viendo porque si está en el Sitges Film Festival 2021, será por algo, y menos mal que pude vera, Cómo la disfruté!!!!!
Es como si se convierten en los X-Men de la época, dejando de ser una aberración para el público a librar una batalla contra los nazis, Síiii los putos nazis, y no hay nada más bellos que ver cómo unos super hombres tan codiciados por este tipo de alemanes, les dan una paliza tras otra, aunque también ellos reciban de ostias.
Un cuento maravilloso, una historia fantástica, una genialidad narrada con gusto y hace que el público la disfrute, palabra a palabra, y quiera patear culos.
Pero la narración tramada por sus propios dramas e historias personales, las interpretaciones tan bien desarrolladas de los actores, tanto principales como secundarios, hacen que enseguida te hagas a los personajes, siendo amigos y no extraños, la ambientación de la guerra y el colorido de escenas contrastando con otras, es fascinante.
No hay que olvidar el ingenio y los puntos de humor de situaciones y personajes, aligerando y dando fluidez a diálogos y posibles dramas.
Ojalá tenga un reconocimiento especial en esta 54ª edición: