Thriller psicológico sobre una joven apasionada por la moda que misteriosamente puede entrar en la década de 1960, donde se encuentra con su ídolo, una atractiva aspirante a cantante. Pero el Londres de los sesenta no es lo que parece, y el tiempo comenzará a desmoronarse con sombrías consecuencias.
Un film precioso, un cuento lleno de luz, colores vivos y de machismo de los años, un camino fácil de tomar y difícil de salir, un film que si no hubiera sido de Edgar Wright no hubiera sido tan exigente con el film, y lo hubiera dado por buena, pero siendo de quien es, no le permito un film que se pierde en los enredos de los viajes temporales y un final tan obvio.
Incluso, una escena donde aparecen fantasmas, parecían sacados de la dimension desconocida, pero la originaria, por lo que apoya mi tesis sobre la deficiencia de guión y estilo en según que escenas.
Tener un gran presupuesto, contar con grandes productoras y rodar con grandes actores como Anya Taylor-Joy, Matt Smith o Thomasin McKenzie, hacen que el valor del film suba, pero también lo que esperas de ésta. Las actuaciones de ellos, impecables, traspasando el odio y el asco a través de la gran pantalla.
Aunque ha sido una gran decepción para mi por las altas expectativas que llevaba del director de District 9, la recomiendo para que se disfrute de un cuento, que si lo tomas como tal, puedas disfrutar de un maravilloso cuento macabro: