un chico que se gana la vida revendiendo objetos a través de Internet, descubre que a veces los actos pueden tener consecuencias imprevistas… y letales.
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Una nube sin forma

Kiyoshi Kurosawa, director reconocido por su capacidad para retratar el malestar humano en un mundo contemporáneo, nos trae “Cloud”, una cinta que, a pesar de tener un potencial temático interesante, parece perderse en sus propias pretensiones. Con más de dos horas de metraje, la película intenta explorar la frustración social ante la falsedad y el engaño en una sociedad consumista, pero su ritmo lento y su narración fragmentada la hacen difícil de digerir.

“Cloud” presenta una historia aparentemente cotidiana y casi costumbrista, en la que los consumidores comienzan a hartarse de los productos falsos y el marketing engañoso que los rodea. Bajo este pretexto, Kurosawa también intenta hablar de la envidia hacia el éxito de otros, y cómo esta se camufla detrás de críticas hacia las trampas del sistema. Sin embargo, el guion parece hacer aguas por todas partes. Aunque la premisa tiene una fuerte crítica social de fondo, el desarrollo se siente desconectado y poco coherente.

El ritmo pausado, casi somnoliento, en el que Kurosawa narra la historia, no logra mantener la atención del espectador. La película parece estancarse en escenas interminables que no aportan demasiado al conflicto central, diluyéndose especialmente en su primera parte. Para cuando intenta remontar en su tramo final, la sensación de desgaste ya es inevitable. La relación del protagonista con su novia, quien representa el eje femenino de la historia, con idas y venidas sin sentido, que no terminan de cuajar dentro del guion. A esto se suma la extraña y a menudo incongruente conducta de su ayudante, otro personaje que parece estar fuera de lugar.

Uno de los mayores problemas de “Cloud” es su exceso de pretensiones. Al intentar abordar temas como la envidia, las estafas, la cultura del consumismo y el deseo de pertenencias físicas, Kurosawa intenta abarcar demasiado. Las tramas se multiplican, pero no logran articularse de manera efectiva, lo que deja la sensación de que la película se pierde en su propia complejidad. Es como si cada tema hubiera sido introducido, pero ninguno hubiera sido completamente desarrollado.

Tal vez la mayor falla de la película es su duración. Si “Cloud” hubiera sido un mediometraje, tal vez habría sido más efectivo. En un formato más condensado, la historia podría haber sido más ágil y coherente, y los temas centrales habrían tenido el espacio suficiente para brillar sin sentirse difusos o sobrecargados. En cambio, la película se siente innecesariamente alargada, con escenas que podrían haber sido más concisas o incluso eliminadas por completo.

“Cloud” es una película que, aunque tiene buenas intenciones y un potencial latente, se ahoga en sus propias ambiciones. El ritmo lento, la falta de coherencia narrativa y la dispersión temática hacen que la película no logre despegar. Kiyoshi Kurosawa ha entregado trabajos mucho más sólidos en el pasado, y quizás aquí se ha dejado llevar por la necesidad de abarcar demasiados temas sin aterrizarlos de manera clara. Como resultado, “Cloud” se disuelve sin dejar una huella duradera en el espectador, convirtiéndose en una oportunidad desperdiciada para explorar de manera más certera las tensiones del mundo moderno.

https://youtu.be/6g3RRS1P6DA