En las afueras de Newark, Nueva Jersey, a Frankie, una joven madre, una rara enfermedad cerebral degenerativa llamada discronometría que le impide percibir correctamente el tiempo. Propensa a la paranoia y a las frecuentes ‘salidas de zona’, utiliza cintas de casete autograbadas para mantenerse a salvo y presente en nuestro mundo moderno de alta tecnología. Incapaz de encontrar un trabajo estable, acepta desesperadamente el de una misteriosa mujer con un oscuro pasado.

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Gazer, el thriller psicológico dirigido por Ryan J. Sloan, es una película que se adentra en el terreno del misterio y la fragmentación temporal, recordando levemente a cintas como Memento por su uso de la desorientación y la ausencia de tiempo lineal. Aunque parte de una premisa intrigante y bien pensada, la ejecución parece desvanecerse a medida que la trama avanza, dejándonos con más preguntas que respuestas y una sensación de potencial desaprovechado.

La Desorientación Temporal y el Vacío Narrativo

Desde el inicio, Gazer plantea un acertijo narrativo: la protagonista, al igual que en Memento, sufre de una desconexión temporal que le impide recordar lo que ha sucedido en ciertos tramos de tiempo. Este recurso aporta una capa de suspense y misterio, al generar incertidumbre tanto en el personaje como en el espectador. Sloan maneja con habilidad esta fragmentación, sumergiendo a la audiencia en la mente confusa del protagonista, quien intenta recomponer las piezas de un puzzle del que no tiene todas las partes.

Sin embargo, a pesar de lo prometedor del punto de partida, la película parece perder fuerza a medida que avanza. A diferencia de otros thrillers psicológicos donde la resolución de los misterios conduce a una catarsis narrativa, Gazer opta por dejar demasiadas incógnitas abiertas. Esta ambigüedad, en lugar de enriquecer la trama, acaba restándole impacto. Aunque los temas de autodestrucción y autoengaño son interesantes, la película no los explora con suficiente profundidad como para enganchar al público.

Una Protagonista Difusa

La protagonista de Gazer parece estar destinada a un camino de autodestrucción, sin embargo, la forma en que se presenta termina diluyendo el impacto emocional de la película. En lugar de llevarnos de la mano a través de su lucha interna o su proceso de autodescubrimiento, la cinta deja demasiado en el aire, lo que hace que el espectador se sienta más desconectado que intrigado.

La sensación que queda es la de una historia que promete más de lo que entrega, y cuya complejidad narrativa se convierte en una barrera más que en un incentivo.

Un Guion Sólido, pero Sin Garra

A pesar de sus problemas de ejecución, Gazer cuenta con un guion relativamente consistente. La estructura narrativa es sólida, con diálogos bien construidos y una historia que tiene sentido en su conjunto. Sin embargo, el guion, aunque no presenta fallos importantes, carece del atractivo necesario para mantener el interés del espectador a lo largo de toda la película. Lo que podría haber sido una trama cargada de suspense y tensión emocional se siente plana en muchos momentos, sin picos dramáticos que realmente mantengan al público al borde de su asiento.

Interpretaciones que No Dejan Huella

Esto, en parte, también se debe a la falta de profundidad emocional en los personajes. Aunque las circunstancias del protagonista son intrigantes, las actuaciones mediocres de los actores principales no logran transmitir la intensidad y el desconcierto que deberían acompañar a la historia. Esta carencia de emociones palpables hace que la película se sienta distante y, en última instancia, poco memorable.

Uno de los puntos más débiles de Gazer radica en las actuaciones de su reparto. A pesar de que la película se apoya en la confusión psicológica de sus personajes, los actores no logran hacer justicia a la complejidad de los roles. Las interpretaciones se sienten planas, lo que impide que el espectador se involucre emocionalmente en la trama. La falta de química entre los protagonistas y la incapacidad de transmitir el tormento interno de los personajes hace que el impacto emocional de la historia sea mínimo.

Es una lástima que la interpretación de los actores no esté a la altura del guion, ya que con un elenco más comprometido o talentoso, Gazer podría haber elevado su premisa inicial hacia algo mucho más significativo. En cambio, nos encontramos con un thriller que, aunque tiene momentos intrigantes, nunca llega a despegar del todo.

Gazer es una película con una premisa interesante y un enfoque temporal que podría haberla hecho destacar en el panorama de los thrillers psicológicos. Sin embargo, la ejecución se queda corta, y la cinta termina por diluirse en su propia ambigüedad. Aunque el guion es sólido y la idea central está bien planteada, las actuaciones mediocres, hace que el film no logre el impacto emocional ni el suspense que debería.

Es probable que pase desapercibida entre el público, sin dejar una marca significativa en el género. Si bien algunos podrán apreciar el estilo fragmentado de la narración y la atmósfera de desconcierto, para la mayoría será una película que se queda a medio camino, sin la garra suficiente para destacar ni generar la repercusión que podría haber tenido con una ejecución más contundente.