Sin duda, una de las películas que más me ha causado miedo es The Dark And The Wicked, no deja de ser una película de terror clásica, con posesiones, sustos que aunque te esperas la tensión hace que saltes.

En una granja aislada en un pueblo rural anodino, un hombre está muriendo lentamente mientras su familia se reúne para cuidarlo, pero mientras la oscuridad crece entre los miembros de la familia, marcada por pesadillas y una creciente sensación de que algo maligno se está apoderando de la familia.

Aunque la historia no es nueva ni original, como siempre, cuenta cómo lo cuentas. La película cuenta con varios aciertos, empezando por el guión, que sin ser un derroche de originalidad, sabe mantener la tensión con esas gotas de información que va ofreciendo poco a poco y que te mantienen en tensión viendo lo que está pasando.

Sin duda, otro punto a su favor es la protagonista, Marin Ireland, que sabe transmitir perfectamente el estupor y la tensión de lo que esta viviendo en cada momento, y por último la banda sonora, que me ha parecido fantástica y ayuda a adentrarte en el demoniaco mundo que nos presentan, convirtiéndose así en una muy buena película de posesiones.