O cómo los cuentos se hacen realidad, por crueles que sean.
Rondando los años 60, Elisa es una joven muda que trabaja en un centro científico limpiando en el turno nocturno. Su vida es sencilla y comparte piso con un publicista que vive su homosexualidad en clandestinidad. Todo cambiará para Elisa, cuando un nuevo jefe captura a un ser marino, que ejercerá una fuerte atracción y ternura por Elisa.
Un bonito cuento lleno de metáforas, moralidad y amor.
Aun siendo una bonita historia, me ha sorprendido por los temas que muestra en la película, como la profunda ostigación a la raza de color, la aversión hacia la homosexualidad, la masturbación femenina o el estereotipo de la mujer florero.
Si rascamos algo más, podemos ver la figura del poder cómo todo lo tiene y todo lo quiere, cuando nada le hace feliz, ni conseguir objetos caros ni tener una mujer perfecta, sino que se fija en la imperfección, en la mudez y candidez de Elisa.
Personajes aunque estereotipados, combinan muy bien entre si por sus diferentes características y personalidades.
Lo que me pasa es que no me convence para la nada la actriz que interpreta Elisa, aunque el director escribiera el papel para ella, no me convence su falta de expresividad facial, su estática en muchos casos y la sensación de que vive ajena a todo, le confían o cuentan algo y su interactuación es escasa.
Los colores de la película cumplen perfectamente con la inttegración en el escenario, por otra parte, muy bien logrados y representados.
Si he de decir algo en desacuerdo de la película, aparte de la falta de emoción por mi parte con la actriz principal, he de destacar dos puntos.
EL primero sería el tiempo que se esconde el ser de agua en la casa de ella, que creo que debería haber sido muy poco para ingtensificar el amor que surge entre ellos, hubiera sido sólo de un día, el mismo que le ayudan a escapar y poco más que eso, puesto que se hace un sinsentido.
El segundo punto sería la falta de visión del jefe de laboratorio al no sospechar de las limpiadoras desde el principio; ya sólo con el cambio de carácter y la fuerza que adquiere Elisa, no agachando la mirada y plantándole cara, es un indicio más que claro sobre el paradero del ser acuático.
Pero, aparte de estas sensaciones personales, me parece un cuento precioso, con una fotografía espectacular y una banda sonora que encaja en cada momento.
Muy recomendable para ver, sobre todo en cines, para disfrutar de la belleza fotográfica y de las sensaciones acústicas
Os dejamos el vídeo con la presentación de la película en Sitges Film Festival 2017, de la mano del propio director, Guillermo del Toro.
Guillermo del Toro presenta La Forma Del Agua en Sitges Film Festival 2017