O cómo el poder no siempre reside en una sola persona, sino en la ambición de otra.
Dick Cheney (Christian Bale) es un joven que desperdicia su vida en el alcohol y sin un futuro por el que encontrar el sentido. Lynne su mujer, (Amy Adams), le da un últimatum, creyendo en sus posibilidades y animándolo a ser mejor, ya por el hecho de tener posibilidades que ella nunca tendrá, ser hombre. Esta es la historia de una pareja ambiciosa y al cargo que llega Dick Cheney, un hombre silencioso, que poco a poco, escala grandes puestos en el Govierno de los Estados Unidos,
De Óscar, el camaleónico Christian Bale, lo ha vuelto a conseguir, no sólo cambiando su físico, como también hizo consu personaje en El Maquinista, sino que se nota el estudio de gestos, maneras, posiciones de dick Cheney. Un personaje calmado en contraste con los personajes que acostumbra a hacer
Increíble la caracterización de Sam Rockwell como George W.Bush, espectacular, a primeras crees que cómo puede ser, Cómo va a parecerse alguien com Rockwell al mítico Bush, pero después ocurre y no puedes dejar de verlo como tal.
La historia de las diferentes etapas por las que ha pasado el Gobierno, y que el poder siempre, no sólo reside en los mismos, sino que cosechan planes a largo plazo, acorde con los intereses que ellos tienen para que se cumplan, posicionando a en lugares clave a sus personas de confianza, dominando el mercado y no dejando cosas al azar.
Las caracterizaciones de los diferentes personajes son espectaculares (Bush, Cheney, Rumsfeld…), unos personajes despiadados, con historias que tapar, con ideales que aparentar, historias con nombres reales que me sorprende hayan dejado contar a Adam McKay.